- Área: 4800 m²
- Año: 2007
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Fotografías:GGMPU Arquitectos
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Palacio Ferreyra ha sido destinado a constituirse en el Museo de Bellas Artes de la Provincia. En él se expone en forma permanente parte de su patrimonio artístico.
El hecho que un edificio con el valor patrimonial del Palacio pase de su carácter original de morada familiar a ser un edificio de uso público, que por su naturaleza debe difundir y preservar otro patrimonio agregado, plantea naturalmente problemas complejos que deben ser compatibilizados de manera que ambos patrimonios puedan coexistir sin menoscabo recíproco.
Diseñado bajo las estrictas normas de la Ecole de Beaux Arts, responde a la típica tipología de Petit Palais en donde la planta noble social se encuentra jerarquizada y espacialmente conectada con la o las plantas privadas superiores, complementándose con un basamento y una planta de cubierta receptoras de los servicios que se encuentran separados visualmente del conjunto.
La intervención ha mantenido la condición preeminente y jerárquica del gran hall central y su relación con todas las áreas públicas originales y al mismo tiempo generó un nuevo espacio de múltiple altura que permite ahora la percepción visual de todos los niveles del edificio y por consiguiente del museo como una unidad.
Este espacio que se orienta en forma perpendicular al eje principal del edificio ha sido planteado como un ámbito ambiguo de cierta neutralidad en contraste con la materialidad del Gran Hall Central.
La caja muraria original del edificio y su aventanamiento son percibidos a través de una lámina tensada de pvc translúcido que se transforma en una piel que varía según sea la incidencia de la luz diurna, o de la iluminación artificial normalmente en blanco y en RGB de colores diversos para efectos particulares.
La cara opuesta, que plantea la interfase con los espacios originales, se resolvió mediante un plano continuo de vidrio cubierto con una membrana microperforada impresa con una foto pixelada con una escala que la hace abstracta, del mismo Hall Central que se percibe atrás por cierta ambigua transparencia.
Los planos contenidos en este ámbito han sido desmaterializados mediante su recubrimiento con acero espejado.
Una nueva escalera en madera teñida de negro y revestida exteriormente en cuero de vaca negro alcanza el cielo raso, también de este color que tiene continuidad con las áreas públicas del último piso iluminadas con un bajo nivel que nos prepara para el ingreso a las salas de exposición de papeles que por razones de conservación requieren bajo nivel de luminancia.
El trazado y la organización del edificio en torno al espacio central determinante ha sido respetado en todas las plantas facilitando su funcionamiento y comprensión.
Los nuevos ámbitos destinados a exposición han sido planteados como espacios eficientes para su destino, y neutros para que no compitan con el edificio original.
Su condición de museo ha definido una serie de nuevos requerimientos técnicos que fueron resueltos tales como, accesibilidad sin limitaciones a todos los espacios públicos por parte de ancianos y personas con movilidad reducida, escapes de emergencias, aptitud para recibir contingentes de alumnos y su correspondiente control, condiciones ambientales que incluyen aire cuidadosamente filtrado con temperaturas y humedad constante, iluminación artificial controlada, sistemas de detección y extinción de incendios, seguridad física contra intrusiones, alarmas, control permanente con cámaras de TV y control de accesos entre otros.